I. Baraka

     “Baraka” proviene de la palabra de origen Sufi, una comunidad religiosa islámica, que puede traducirse como “bendición”, “aliento” o “esencia” de vida. Nos narra la historia entre la naturaleza y la humanidad. Nos invita a reflexionar sobre la belleza y hermosura de la naturaleza que nos conecta con la espiritualidad. De esta manera nos muestra como la comunidades viven en armonía con la naturaleza hasta llegar a la cultura urbana con sus grandes ciudades donde se rompe este lazo social con el exceso de cemento y edificios. Las diferentes culturas y tipos de sociedades, con el paso del tiempo en el espacio, han creado una compleja relación entre el hombre y la Tierra. “Baraka” nos presenta como dos mundos que parecen opuestos se ven obligados a cohabitar entre la vida o la muerte, el poder de la creación del hombre y su gran poder destructor, la espiritualidad y lo material; lo ancestral y lo urbano, la ciudad y la tribu familiar, las viviendas reducidas y hacinadas y los inmensos espacios libres del planeta, el trabajo artesanal de una tribu y la producción en cadena de una industria, lo grande de la naturaleza y el capitalismo e ideas de progreso.

    La belleza es una relación de cosas hechas con sentido. Las artesanías pueden ser tanto útiles como hermosas. Las artesanías útiles nos llevan a ver la belleza como una función. La contradicción de las reglas de arquitectura nos incentiva a observar las reglas de funcionalidad y decoración desde otro punto de vista. La imaginación es transformar la sensibilidad, utilidad y belleza de cualquier objeto. La disciplina que establece descifrar un conocimiento en arquitectura es el placer de crear o interpretar algún objeto como algo útil y hermoso.

    La naturaleza es la evolución de la humanidad, donde el ser humano puede construir su hábitat y modificar las diferentes culturas. La religión y el culto tienen una intensa relación con la construcción de espacios, templos y lo sagrado. La cultura religiosa se ha integrado en el desarrollo de la arquitectura, en monumentos sagrados que se veneran como parte del ámbito espiritual del ser humano. La relación entre el ser humano y su entorno nos revela un proceso donde existían proporciones y cuidados de la producción de la arquitectura sagrada, los cuales hemos perdido con la evolución, por lo que en la actualidad la naturaleza encuentra la forma de reclamar su lugar. Las tribus, con su apego a los ritos, a lo sagrado y espiritual, son conducidos a una relación entre el ser humano y la naturaleza; que la mantiene y la cuida. La civilización moderna anuncia la destrucción de lo natural para el progreso. En el documental “Baraka”, vemos como el campo y la ciudad son un elemento transformador del entorno, una prueba de como el ser humano le ha quitado espacio a la naturaleza. El resultado que define al desarrollo nos distancia de la dimensión espiritual para dar paso a lo que se conoce como la arquitectura, que nos separa de lo espiritual, y nos invita a ver las cosas de otra manera la cual tiene énfasis en cosas como la utilidad, belleza, y artesanías.

    El documental “Baraka” nos trae una reflexión sobre las complejas relaciones del ser humano con la naturaleza; el entorno que el ser humano ha convertido en uno lleno de desigualdades, desequilibrios y complejas interacciones. La civilización y la naturaleza pueden ir de la mano si cuidamos de la naturaleza para que igual ella nos cuide a nosotros. “Baraka” nos hace reflexionar en cuanto a esa espiritualidad de luz y esperanza en medio de la oscuridad como seres sociales y espirituales. Nos muestra como un ser capitalista, destructor, contaminante y solo; y el ser espiritual como el que tiene fe y reza, tiene un propósito más allá de la cadena de producción y busca un sentido a su vida por medio de una conexión con Dios.

Comments